El baño es para muchos un espacio de relajación, un lugar donde uno tiene la oportunidad -además de satisfacer sus necesidades fisiológicas básicas- de parar un minuto y detenerse a pensar o leer, por ejemplo.
Es más, Gabriel García Márquez confesó en su biografía que se leyó el Quijote completo durante sus ratos de "ocio" en el excusado.
Pero para quienes buscan reducir el costo ambiental, el baño y más precisamente el inodoro -taza, poceta, váter o demás nombres que recibe en distintos países de habla castellana- es un artefacto que hace falta repensar.
A continuación, le presentamos tres versiones de inodoros muy distintos creados con el fin de preservar el medio ambiente.
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