Escribo este pequeño texto como respuesta a Manuel Obregón, en su auto-defensa ("El cambio lo haremos nosotros" La Nación, Opinión pág. 27 A, 26 enero http://www.nacion.com/ln_ee/2010/enero/26/opinion2238824.html) a las críticas por su participación en la campaña electoral del PLN; es decir, por llenarse la boca de palabras y de expresiones ideológicas, y actuar después en contra de ellas, por declararse en contra de propuestas y acciones de este gobierno (como el TLC) pero aún así, participar activamente en la campaña política de Laura Chinchilla, amenizándole las plazas públicas.
Claro, cualquiera puede decir que una cosa es la ideología y creencias y otra el trabajo, y que plata es plata (aún no sabemos cuando le habrán pagado a Manolito). Yo no sé si seré muy extremista, pero cuando uno tiene una postura política clara y fundamentada y una ideología concisa, ambas le abarcan a uno su pensar y ACTUAR, es decir, no es sólo una cuestión aparente y de eslogan; es un modo de vida, para ser consistente, coherente y responsable como persona; independientemente de la postura que sea.
Manuel Obregón dice que "los ciudadanos en una democracia, deberíamos de participar siempre, colaborando en los procesos electorales según sus distintas capacidades... hago lo posible por ser consecuente con estos postulados", no es eso lo que criticamos (de acuerdo a nuestro derecho de libre expresión) la cuestión es participar democráticamente, siendo CONSECUENTE con las propias creencias y la proyección que hacemos de ellas.
Luego Obregón argumenta que heredó este país democrático y sin ejército (el viejo cuento de la Suiza centroamericana) y que se dió cuenta de que el piano y la música eran sus herramientas para generar cambios; y que no hay razón para criticarlo por ello. Lo que no entendemos es porqué presentar una postura por un lado, y contribuir a realizar cambios bajo otras posturas por otro lado?... la money?
Después argumenta "no me adhiero ciegamente al PLN ni soy defensor a ultranza del actual Gobierno (oh really?), pero pienso que la democracia costarricense, en gran medida, es producto del pensamiento y de las preocupaciones de quienes lo fundaron", bueno, podríamos decir que el término "democracia" en estas épocas es muy relativo y que Laura Chinchilla y los Arias están muy lejos de ser, por cuestiones de física espacio-temporal elemental, los fundadores del PLN que él admira y a quienes relaciona con esos pensamientos y preocupaciones; un apoyo solapado hacia ambos "políticos".
Agrega que él critica públicamente (¿cúando? ¿en dónde? eso si me lo perdí) lo negativo del gobierno, pero que "eso no quiere decir que tenga que olvidar los grandes logros como la abolición del ejército (no sabía que lo había abolido este gobierno, que raro) la fundación de los parques nacionales (?), los derechos y grandes conquistas sociales que son el fundamento (ay carajo) de la paz y de la armonía de todos los costarricenses". Nadie le pide que olvide nada (eso si que recuerde bien a quién le corresponden los méritos).
Para finalizar su exposición, un poco retórica (al puro Arias style), Obregón comenta "considero que tanto deber tienen de participar en la vida política de la democracia, los trabajadores como los maestros; los artistas como los filósofos. Defender los intereses de la patria no es cierto que sólo pueden hacerlo los que tienen un oficio o una profesión". Esto es clarísimo, todos podemos y debemos participar para mejorar nuestro país; respecto a este argumento: 1. Las críticas no van dirigidas a su participación en la vida política de la democracia, sino a su ambigüedad de posturas; 2. Es más que obvio que el deber de esa participación es de tod@s sin distinción de oficio o profesión. 3. Hay varias maneras de defender los intereses de la patria, y a mi parecer muy muy personal, el PLN no es una vía para lograrlo.
La idea es, que no le criticamos a Manuel Obregón su participación en la política nacional ni pretendemos que se abstenga de ejercer sus derechos como ciudadano, como individuo capaz de manifestar sus posturas, sean las que sean; solamente que, como figura pública, podría ser congruente en lo que dice, lo que hace, lo que dice que dice y lo que dice que hace.
Como dice un viejo dicho cubano "NO hay que confundir el culo con la pestaña"