miércoles, enero 27, 2010

El cambio lo haremos nosotros... coherentemente



Escribo este pequeño texto como respuesta a Manuel Obregón, en su auto-defensa ("El cambio lo haremos nosotros" La Nación, Opinión pág. 27 A, 26 enero http://www.nacion.com/ln_ee/2010/enero/26/opinion2238824.html) a las críticas por su participación en la campaña electoral del PLN; es decir, por llenarse la boca de palabras y de expresiones ideológicas, y actuar después en contra de ellas, por
declararse en contra de propuestas y acciones de este gobierno (como el TLC) pero aún así, participar activamente en la campaña política de Laura Chinchilla, amenizándole las plazas públicas.

Claro, cualquiera puede decir que una cosa es la ideología y creencias y otra el trabajo, y que plata es plata (aún no sabemos cuando le habrán pagado a Manolito). Yo no sé si seré muy extremista, pero cuando uno tiene una postura política clara y fundamentada y una ideología concisa, ambas le abarcan a uno su pensar y ACTUAR, es decir, no es sólo una cuestión aparente y de eslogan; es un modo de vida, para ser consistente, coherente y responsable como persona; independientemente de la postura que sea.


Manuel Obregón dice que "los ciudadanos en una democracia, deberíamos de participar siempre, colaborando en los procesos electorales según sus distintas capacidades... hago lo posible por ser consecuente con estos postulados", no es eso lo que criticamos (de acuerdo a nuestro derecho de libre expresión) la cuestión es participar democráticamente, siendo CONSECUENTE con las propias creencias y la proyección que hacemos de ellas.


Luego Obregón argumenta que heredó este país democrático y sin ejército (el viejo cuento de la Suiza centroamericana) y que se dió cuenta de que el piano y la música eran sus herramientas para generar cambios; y que no hay razón para criticarlo por ello. Lo que no entendemos es porqué presentar una postura por un lado, y contribuir a realizar cambios bajo otras posturas por otro lado?... la money?

Después argumenta "no me adhiero ciegamente al PLN ni soy defensor a ultranza del actual Gobierno (oh really?), pero pienso que la democracia costarricense, en gran medida, es producto del pensamiento y de las preocupaciones de quienes lo fundaron", bueno, podríamos decir que el término "democracia" en estas épocas es muy relativo y que Laura Chinchilla y los Arias están muy lejos de ser, por cuestiones de física espacio-temporal elemental, los fundadores del PLN que él admira y a quienes relaciona con esos pensamientos y preocupaciones; un apoyo solapado hacia ambos "políticos".


Agrega que él critica públicamente (¿cúando? ¿en dónde? eso si me lo perdí) lo negativo del gobierno, pero que "eso no quiere decir que tenga que olvidar los grandes logros como la abolición del ejército (no sabía que lo había abolido este gobierno, que raro) la fundación de los parques nacionales (?), los derechos y grandes conquistas sociales que son el fundamento (ay carajo) de la paz y de la armonía de todos los costarricenses". Nadie le pide que olvide nada (eso si que recuerde bien a quién le corresponden los méritos).

Para finalizar su exposición, un poco retórica (al puro Arias style), Obregón comenta "considero que tanto deber tienen de participar en la vida política de la democracia, los trabajadores como los maestros; los artistas como los filósofos. Defender los intereses de la patria no es cierto que sólo pueden hacerlo los que tienen un oficio o una profesión". Esto es clarísimo, todos podemos y debemos participar para mejorar nuestro país; respecto a este argumento: 1. Las críticas no van dirigidas a su participación en la vida política de la democracia, sino a su ambigüedad de posturas; 2. Es más que obvio que el deber de esa participación es de tod@s sin distinción de oficio o profesión. 3. Hay varias maneras de defender los intereses de la patria, y a mi parecer muy muy personal, el PLN no es una vía para lograrlo.

La idea es, que no le criticamos a Manuel Obregón su participación en la política nacional ni pretendemos que se abstenga de ejercer sus derechos como ciudadano, como individuo capaz de manifestar sus posturas, sean las que sean; solamente que, como figura pública, podría ser congruente en lo que dice, lo que hace, lo que dice que dice y lo que dice que hace.

Como dice un viejo dicho cubano "NO hay que confundir el culo con la pestaña"


martes, enero 12, 2010

Feliz Año Nuevo... Frei Betto


Feliz Año Nuevo a los artesanos de utopías, cuyas manos callosas desentierran girasoles de los pantanos de la ambigüedad; a las mujeres buscadoras de afectos recónditos, divas milagrosas del bien-amar gratuito; a los niños sobrevivientes en los corazones de todas las edades; y a los guardianes de silencios meditativos.


Feliz Año Nuevo a los magos de la delicadeza y a los que tejen lazos de cintas con las líneas del tiempo; a los auscultadores del rumor de ángeles y a los portadores de altivez luminosa montados en caballos de fuego.

Feliz Año Nuevo a los peregrinos de caminos desprovistos de oscuridad; a los buscadores de conchas en las playas solariegas de la saciedad ética; a los desatadores de nosotros en los pliegues del espíritu; a los heraldos de buenas nuevas y a los espantadores del infortunio.

Feliz Año Nuevo a quien se asoma a la ventana del alma para contemplar su propio amanecer; a los navegantes cuyas velas se mueven gracias al soplo del Espíritu; a los sembradores de horizontes translúcidos; a las bordadoras de ternura en el suelo pedregoso de nuestras desventuras.

Feliz Año Nuevo a los acampados en el vasto territorio de la insensatez, rehenes de egos inflados; a los acróbatas de extravagantes conjeturas, esclavos de sus altisonantes ilusiones; a los autores de la incongruencia cívica, inveterados jugadores del escarnio.

Feliz Año Nuevo a los corazones seducidos por el toque del amor divino; a los voluntarios de la generosidad, indicadores de caminos en las vías laberínticas de nuestros desaciertos; a los profetas inflexibles a la embriaguez de la rutina, intrépidos cultivadores de la esperanza.

Feliz Año Nuevo a los confiteros de dulces anuncios entre tantas desilusiones; a los artistas de la sobriedad, ajenos a las luces llamativas de la hipocresía; a los orfebres de la belleza preñada de densidad subjetiva; a los maestros de la sabiduría impelidos por la brisa suave impregnada de sabor a miel.

Feliz Año Nuevo a los filósofos desalfabetizados de erudición, atentos a los vuelos de la inteligencia para trascender la razón; a los adeptos a la mística vacía de imágenes y palabras; a los gitanos de Dios cuyos pasos recorren las sendas mistéricas de la amorosidad inefable.

Feliz Año Nuevo a quien se niega a proferir el discurso ácido de la designificación del otro; a los habitantes de aldeas líricas, en cuyo amanecer suenan cantos compasivos; a los eremitas del desconsuelo, alimentados por el Verbo que se hace carne; a los hábiles alpinistas de la imaginación, en cuyas artes la vida se transmuta en alegorías.

Feliz Año Nuevo a los cazadores de confidencias, atentos a los detalles de la gentileza; a los orfebres de la elegancia, cuyas palabras exhalan fragancias perfumadas; a los centinelas del asombro, agraciados por el don de identificar la vida como milagro; a los artífices de la fantasía, transustanciadotes de nuestras emociones más telúricas.

Feliz Año Nuevo a quien calla los despropósitos ajenos, incapaz de transformar la propia lengua en piedra de tropiezo; a los navegantes de devaneos románticos, embriagados de poesía; y a los arquitectos del futuro, dedicados al proyecto de la ceremonia nupcial de la libertad con la justicia.

Feliz Año Nuevo a los artistas de la insensatez capaces de imprimir a la vida carácter lúdico; a los aplicados caballeros de la filosofía de la risa, de los cuales emana el júbilo de vivir; y a los acongojados encendedores de luminarias, discípulos indignados de Diógenes.

Feliz Año Nuevo a quien trasiega a despecho de los pusilánimes, entregado a la osadía de reinventar la existencia después de cada fracaso; y al guardia del farol en pleno mar revuelto, cuyo haz de luz abre vías doradas en la superficie de las aguas; y a las mujeres de corazones acunados por la preferencia de Cupido.

Feliz Año Nuevo a los ojos vigilantes al ocaso ambiental, en los que las lágrimas serán resecadas por el hollín de chimeneas lucrativas; a los desenjauladores de pájaros, intrépidos pilotos de vuelos alucinados; y a los serviciales de la gratitud, militantes del altruismo compasivo.

Feliz Año Nuevo a quien tuvo un año infeliz, herido por dolores y lágrimas, empantanado por desesperanzas y sendas oscuras: Dios quiera que ahora pueda rescatar lo mejor de sí, religarse al Trascendente y hacer del amor la razón de su renacer a la vida.

Por Frei Betto / ALAI, América Latina en Movimiento
Fecha de publicación: 06/01/10

(Traducción de J.L.Burguet)